Menú Principal
6 de octubre de 2020

Charline Kass, jefa de Urgencia HRA: “Llegamos a intubar entre 10 y 12 pacientes al día”

  • Compartimos entrevista de dra integrante de la Sociedad Chilena de Medicina de Urgencias al sitio  Soy Antofagasta reflejando los difíciles momentos vividos durante la pandemia Covid-19.

En junio-julio fueron días terribles. Si bien por su propia naturaleza de atender una alta demanda de pacientes en toda la Macrozona Norte y por lo cual el ritmo intenso es pan de cada día con o sin pandemia, en el Servicio de Urgencias del Hospital Regional “Dr. Leonardo Guzmán” de Antofagasta, se vivieron los peores momentos de estos más de seis meses de contingencia Covid-19 difícilmente se olvidan.

La jefa de la unidad y quien también integra la Sociedad Chilena de Medicina de Urgencias, la doctora Charline Kass, recuerda lo complejo que se vivió cuando la pandemia mostró su peor cara.

“Mi horario era de las 8:00 de la mañana hasta las 14:48 y muchas veces me quedaba hasta las 10 de la noche tratando de hablar con el turno entrante y saliente, porque todo esto era dinámico… Todos los días teníamos que hacer gestiones de mover pacientes, porque cuando llegaba uno que teníamos que intubar debía ser inmediatamente y tenía que estar conectado a un ventilador”, reveló a La Estrella de Antofagasta.

Los momentos más críticos

La pandemia trajo consigo muchos cambios en cuanto a la organización y procedimientos. Si bien la preparación se inició en marzo pasado para afrontar la situación, la incertidumbre era gigante: hubo que ampliar el equipo a prácticamente el doble del personal, el cual comprende a 250 personas bajo su cargo; la Urgencia debió separarse en dos: una para atenciones respiratorias y otra para el resto de las enfermedades; también se creó la costumbre en la comunidad de que los funcionarios debían vestirse adecuadamente con todos los elementos de protección y al mismo tiempo garantizar la rapidez de la atención, algo que no fue tan fácil al principio.

A eso se sumó la creación de protocolos, entre los cuales estaba la intubación del paciente, lo que bajo su liderazgo permitió efectuar un rápido procedimiento, únicamente entre cuatro profesionales para esa tarea: el kinesiólogo, una enfermera, un TENS y el médico. Todo ello en el menor tiempo posible.

Precisamente en cuanto a la intubación se vivieron horas angustiantes, pero no así por el número de pacientes que llegaba hasta el servicio, sino que más bien por su gravedad. Ahí tanto la doctora como su equipo fueron testigos de la agresividad del virus.

Así, si normalmente la Urgencia registra alrededor de 500 atenciones diarias sin pandemia, debido al confinamiento ese número se redujo a en promedio a cerca de 200 o 150. Sin embargo, la cifra de aquellos más críticos se triplicó. “Eso significaba mucho recurso, mucha atención clínica, mucho personal alrededor de esa persona porque hay que estabilizarlo, o sino esa persona se muere. Nosotros llegamos a intubar entre 10 y 12 pacientes al día. Era una circunstancia donde todo el equipo estaba agotado porque tienes que priorizar a quién intubas primero”.

Lo peor era antes de intubar el hablar con los familiares o los mismos pacientes “Era muy difícil para aquel que intubaba a un paciente, uno que no podía respirar, pero estaba consciente aún, decirle, ‘te voy a dormir’ y tú sabes en tu cabeza que quizás no va a despertar y tu rostro va a ser el último que va a ver”, recordó la profesional.